martes, 9 de agosto de 2016

Testimonio de experiencia extracorpórea.

La experiencias extracorpóreas están ínimamente relacionadas con las experencias cercanas a la muerte, en términos generales. Pero este caso en particular, no sucedió así; sino que esta mujer aduce haberla tenido durante el oficio religioso de lo que ella profesa. No deja de ser impactante dadas las cantidades de detalles que de ella da.

Testimonio de la sierva Chaveli Matías,

quien recientemente fue llevada al cielo.


-“... ¡Hija prepárate!, porque mañana es el día", yo solo lloraba, no sabía lo que iba a pasar...
Ese día, en el ayuno le decía “Haz tu voluntad, ¡Heme aquí!”Cuando comenzamos a alabar, ¡El Señor se movía de una forma poderosa! Comencé a danzar, sentí que el cuerpo se me estremecía, caí al piso, quería gritar, pero no podía, pude ver que a mi costado había dos palomas blancas,
...de pronto mi espíritu salió de mi cuerpo por segunda vez, mire mi cuerpo en el piso vi a mis hermanos orando a mi alrededor, de pronto escuche una voz poderosa que dijo: ¡Ya es la hora!, esas palomas comenzaron a elevarme a una velocidad, pude ver aquellas letras que el Señor me había mostrado, esas letras que brillan como el Sol que decía:
"Bienvenida al Reino de los Cielos"
Aquellas palomas me dejaron allí, pude ver dos ángeles que salieron de adentro ellos me llevaron a un lugar lleno de verdor, allí me hicieron recostar y me dormí,
Al despertar, no sabía dónde estaba, pero sentía aquella ¡"PAZ"!  ¡¡¡Pude sentir aquella paz, hermanos!!! Al abrir mis  ojos vi a mi costado un hombre con sus ¡¡¡Vestiduras blancas,  resplandecientes!!!

Hermanos yo no sabía quién era, mire hermanos sus pies, que tenían aquellas sandalias de oro, pude ver que tenía huellas en sus pies, pude ver aquellas huellas, hermanos yo no podía creerlo. Hermanos una mano me extendió... pude ver hermanos aquellas huellas en sus manos... ¡Son de JESÚS! Quien murió por ti, por mí en la cruz del calvario, derramó su sangre preciosa por nosotros, me postre de rodillas y comencé a llorar hermanos en ese momento aquella mano me levanto, y me dijo:
-¡¡¡HIJA, BIENVENIDA A ESTE LUGAR!!!
Y tomándome de mi mano me dijo:
-"Hija ya estás aquí, hay mucho que tengo que mostrarte", yo no podía responder, porque estaba tan sorprendida, tan alegre, solo lo seguía y él me dijo:
-"HIJA TODO LO QUE TE VOY A MOSTRAR, TODO LO QUE TU VAS A VER ¡¡¡TIENES QUE DECIRLO A LA IGLESIA!!! Tú vas a hablar todo lo que tú vas a ver aquí, No tengas temor porque yo voy a hablar por tus labios"

Hermanos el Señor me consoló en esos momentos hermanos... tomo de mi mano y comenzábamos a caminar, y yo me di cuenta hermanos que tenía puesto un vestido hermoso...
Y yo le preguntaba y le decía:
-¿Por qué estoy así Señor? ¿Por qué estoy así?
 Pude ver que tenía sandalias de oro. Hermanos el Señor me llevó a un lugar, comenzamos a caminar y pude ver ángeles, diversidad de ángeles que alababan al Señor yo le decía:
-Señor ¿Qué hago aquí? ¿Acaso va a ver una fiesta?...
 Y el Señor me respondía y me decía:
-Hija cuando un pecador se arrepiente, ¡¡¡Hay fiesta aquí en los cielos!!!


Comencé a ver a aquellos ángeles con sus panderetas, comencé a ver hermanos como el Señor danzaba… me tomaba de sus manos y me hacía danzar, aquellas melodías celestiales, angelicales comenzaba a oír..., El Señor tomó de mi mano y me dijo:
-¡Vamos hija!
Y comenzábamos a salir de ese lugar.
-"Ahora te voy a enseñar más cosas”.

Y comenzamos a caminar y caminar, pude ver calles de oro resplandecientes, brillantes, ¡Calles de oro! Seguíamos  caminando, pude ver aquellas casas, aquellos edificios grandes, ¡Era tan hermoso lo que podía ver hermanos! todo lo que hay en el cielo es de oro, todo es de oro, ¡Es un paraíso hermoso hermanos!
Llegamos a un edificio grande, me detuve allí, y le pregunte al Señor:
-Y ese edificio Señor ¿De quién es?
-"Hija aquel edificio que tú ves es de mi siervo Yiye Avila".

Aquel siervo está en la presencia del Señor; aquel edificio era grande...
Hermanos  seguíamos caminando y yo le dije:
-Señor aquella casa ¿De quién es?
-"Hija, aquella casa que ves es de mi siervo Gilberto"


Amados hermanos y yo le pregunté:
-¿Dónde está mi casa Señor?
-"Hija ves aquella casa"; pude ver que aquella casa solo era de un piso, en ese momento comencé a llorar y le dije:
-Señor ¿Por qué mi casa solo es de un piso?
-"Hija te falta hija, prepárate más y más".
En ese momento el Señor me tomó en sus brazos, y me consoló.
El Señor me dijo:
-"Hija hay muchas cosas más que tienes que ver",
-Señor nadie me va a creer, nadie me va a creer, Señor, ¡Aún soy joven!
-Sí hija tú tienes que decirlo, ¡No tengas miedo!

El Señor me llevó a otro lugar donde pude ver aquellas vestiduras blancas. Hermanos pude ver que aquellas vestiduras tenían bordes de oro... pude ver VESTIDURAS BLANCAS; también pude ver que había  ¡VESTIDURAS PISOTEADAS! ¡ARRUGADAS! ¡SUCIAS!
Pregunte al Señor:
-¿Por qué esas vestiduras están en el piso, arrugadas y sucias?
-"Hija, porque algunos no lavan sus ropas, porque hay algunos que se han apartado de mis caminos, por eso esas vestiduras están en el piso, pisoteadas"

El Señor me dijo:
-"Hija vamos que tienes mucho que ver". Me tomó de sus manos y comenzamos a caminar. Pude ver aquellas "coronas de oro", aquellas coronas hermosas, ¡Cómo brillan!, pude ver coronas grandes, coronas chicas, el Señor toco una corona que tenía perlas preciosas, como diamantes, llenas, hermanos yo le preguntaba al Señor:
-"Y  esa corona ¿De quién es?
Y el Señor me dijo:
-"Hija esa corona es de mi siervo Yiye Avila", hermanos pude ver que tenía perlas preciosas, ¡Hermanos llenas de perlas!... amados hermanos y yo le decía  ¿Señor y mi corona dónde está?
Y él me decía:
-"Hija", hermanos saco una corona, donde pude ver hermanos que había dos perlas, en ese momento le llore, le dije:
-Señor, ¿Por qué yo solo tengo dos perlas?
El Señor me dijo:
-"¡Cada perla que tú ves¡ ¡¡¡Es un alma que viene a mis pies!!!
¡Cada perla que ves es un alma! Oh hija, a ti te falta"; (pero me dijo que me ayudaría) ¡Me consoló hermanos!
En esos momentos, comenzamos a caminar, seguíamos caminando y pude ver,  una mesa larga hermanos, pude ver hermanos aquella mesa de oro, pude ver hermanos que aquella mesa ¡YA ESTABA LISTA! Aún todos los cubierto, los platos ¡Ya estaba listo! IGLESIA MUY PRONTO ESTAREMOS ALLÍ CON EL SEÑOR

Pude ver todas esas sillas puestas, ¡Ya todo listo!, vi aquellas "copas servidas" y yo le decía:
-Señor: ¿Qué hay en aquellas copas? ¿Por qué ya están servidas?
Y el Señor comenzaba a llorar en ese momento, y me decía:
-"Hija aquí ya está TODO LISTO, pronto, muy pronto estará mi esposa conmigo, muy pronto mi iglesia estará aquí conmigo".

Hermanos, ¡La hora avanza! ¡El tiempo pasa! ¡Ya, tenemos que estar listos y preparados! Amados hermanos el Señor se echó a llorar por ustedes, y me dijo: -"HIJA TIENES QUE DECIRLE A MI IGLESIA ¡¡¡QUE SE PREPARE YA!!! ¡PORQUE AQUÍ YA TODO ESTÁ LISTO!"
Comenzábamos a seguir caminando hermanos, el Señor me decía:
-"Hija ven" y llegamos a un río de aguas cristalinas, que reflejaban como un espejo... El Señor me dijo:
-"Hija, bebe de esa agua y nunca tendrás sed".
Amados hermanos, pude tomar de aquella agua ¡Dulce como la miel! Luego llegamos a un campo grande, pude ver flores de distintos colores... flores de distintos aromas, hermanos ¡Aquellas flores que aquí nunca he visto!, pude oler aquellas flores, en ese momento estaba ¡Tan feliz!
¡Comenzaba a correr por todo este lugar! En ese momento el Señor me dijo:
-"¡TODO AQUÍ ES ETERNO!"
 En todo el cielo encuentras PAZ, encuentras esa tranquilidad, caminábamos hermanos, y el Señor me dijo:
-¿Hija quieres ver más cosas?
 Yo le decía:
-Sí Señor.
Comenzaba a ver a un joven con una vestidura blanca hermanos, yo no sabía quién era, yo le preguntaba y le decía:
- Señor ¿Quién es?
El Señor me respondió:
-"Hija él es mi siervo Yiye Avila"
¡Hermanos este siervo esta con nuestro Señor! ¡Gozándose!
Hermanos yo le dije al Señor:
-Aquel siervo falleció anciano y ahora ¿Por qué está joven?
El Señor me dijo:
-"Hija todos los que están aquí son rejuvenecidos"; y pude ver aquel siervo allá joven..., amados hermanos seguíamos caminando y el Señor me dice:
-Hija ¿Quieres ver a uno de mis discípulos, a uno de mis apóstoles?
Yo le decía:
-Sí Señor yo quiero verlos. En ese momento yo pude ver a una joven hermosa, a una joven, con su cabello largo, con su vestidura resplandeciente, pude ver que a su alrededor habían niños, yo me acercaba hermanos, el Señor me dijo:
-"Acércate y pregúntale", me acerque y le dije:
-¿Quién eres tú?
Aquella joven me miro y me dijo:
-"Bienvenida a este lugar, yo soy María"...; y vi que en ese momento la joven comenzaba a derramar sus lágrima, comenzaba a llorar,  y a decirme:
-"Cuando vayas a la tierra, dile a esas personas ¡Que ya no me adoren más!, ¡Que ya no me adoren más!, ¡Que ya no se postren ante mí!, porque yo no he dado mi vida por ustedes ¡Quien ha dado su vida por ustedes es mi hijo JESÚS!"
Aquella joven me repetía:
-"Diles que ya no me adoren a mí".
Comenzamos a salir el Señor tomo de mi mano y comenzamos a caminar pude llegar hasta un árbol verde hermoso, el Señor me dijo:
-"Ves ese árbol", yo le dije:
-Sí; el Señor me dijo:
-"Coge de ese fruto", pude coger de ese fruto, era una manzana.  Pude probar de esa manzana roja, El Señor me dijo:
-"Ven hija porque hay mucho que tienes que ver", y comenzábamos a salir de ese lugar y comenzamos a caminar pude ver que había un ángel sentado, pude contemplar ¡Un libro grande de oro hermanos! Aquellos bordes ¡Cómo resplandecían!

Amados hermanos y yo le preguntaba y le decía:
-¿Y que hace aquel ángel?; El Señor me respondía:
-"Hija, lo que estás viendo es el "Libro de la Vida", y aquí está todo anotado, aquí está el nombre de mis hijos".
Hermanos, allá en ese libro el Señor todo lo tiene  registrado, hermano cuando tu vayas allá, tú vas a ser juzgado según tus obras, tú le vas a dar cuentas al Señor de todo lo que tú haces aquí en la tierra...
Amados hermanos y comenzábamos a caminar, llegamos a un cuarto, pude ver un trono grande blanco, pude ver que había sillas acomodadas, en ese lugar, hermanos yo le preguntaba al Señor y le decía:
-Señor que es este lugar, ¿Dónde estamos?; El Señor me decía:
-"Hija aquí todos me van a dar cuentas, todos me van a dar cuentas".
Hermanos en ese momento yo me postre de rodillas, el Señor me dijo:
-"Hasta tú me vas a dar cuenta de lo que haces en la tierra", yo postraba de rodillas le decía:
-¡Señor perdóname!, en ese momento el SEÑOR me comenzaba a reclamar de los "NIÑOS",  yo desde muy niña enseñaba a los niños, me iba hasta muy lejos a enseñarles... Hermanos pero yo cuando me aparte del Señor, hermanos, deje de enseñarles y el Señor me reclamaba eso hermanos y yo le decía:
-¡Señor perdóname!
Hermanos así cada uno, nombre por nombre, le van a dar cuenta al Señor, de cada don que el Señor te ha dado, de cada ministerio que el Señor te ha dado, le vas a dar cuentas

Todo eso le vamos a dar cuentas a nuestro PADRE, el Señor me dijo:
-"Hija ya no llores yo te voy a ayudar". El Señor me consolaba hermanos, y ahí el Señor me dijo:
-"Hija ya llegó la hora"
¡EL SEÑOR ME MOSTRÓ HERMANOS EL RAPTO DE LAS IGLESIAS!
Hermano créelo, no vaya a ser que te quedes, no vaya a ser que te quedes,
ahora te estoy diciendo la verdad esto no es una mentira, nadie sabe el día ni la hora, pero el Señor va a venir por ti, amados hermanos
El Señor va a venir por una iglesia limpia sin mancha ni arruga.
Amados hermanos el Señor me mostró un mundo pequeño el Señor me dijo: -"Hija ahora vas a ver cómo va a ser el rapto de las iglesias"...
Y el Señor comenzaba a señalar con su dedo a cada país, señalo a Ecuador y me dijo:
-"¿Hija quieres ver lo que va a pasar en este país?", y yo le decía:
-Si Señor. Hermanos y comenzaba a contar con sus dedos, me decía:
-¡Uno dos y tres!; y pude ver en aquel país ¡Una desesperación! Una multitud de los que estaban adorando al Señor, se desesperaban y decían:
-¡Me quedé!, ¡Me quedé!
Amados hermanos el Señor me decía:
-¿Quieres ver lo que va a pasar en este país?; y me señaló a Brasil y señalaba con sus dedos y decía:
-¡Uno dos y tres!
Pude ver hermanos que la iglesia del Señor hermanos los que estaban dirigiendo el culto como algunos hermanos se había quedado desesperados buscándose entre ellos mirando sus ropas tiradas en los pisos...y como gritaban, gritaban con desesperación diciendo:
-¡¡¡Me quedé!!!
Y vi como el Señor derramaba sus lágrimas y yo le decía:
-¿Señor por qué lloras?; él me respondía:
-"Porque aquí en este país hay pocas iglesias que me buscan de todo corazón". ¡Hermanos: cómo el diablo está cegando!

El Señor me comenzó a señalar con su dedo a otro país y me dijo:
-"Hija ¿Quieres ver lo que va a pasar aquí en Colombia?"; y señalaba con su dedo y decía uno dos y tres amados hermanos... pude ver que aún el pastor que estaba ahí predicando se había quedado, ¡cómo se postraba de rodillas! ¡cómo se golpeaba!, aún la iglesia del Señor cómo se acercaba arrodillándose postrados, como decían:
-¡Me quedé!

Cómo se jalaron de sus cabellos, se comenzaban a golpear, comenzaban a ir donde el pastor, y lo comenzaban a golpear y le decían:
-¿Por qué nos has mentido? ¿Por qué nos has mentido?; y el pastor lloraba hermanos allí tendido en el piso, cómo decía:
-¡Dios ten misericordia!, ¡Ten misericordia! ¡Yo sabía la verdad, ahora me quedé!

Amados hermanos como todos corrían a refugiarse en las iglesias, corrían hermanos, decían:
-¡¡¡Señor aquí estoy me arrepiento ahora!!!, pero ya era demasiado tarde hermanos. El Señor te da tiempo para que te arrepientas, no esperes ese momento, ¡Ven a entregar tu vida al Señor! No esperes la venida del Señor para recién venir y decir, ¡Señor perdóname!, no esperes hermano ¡Ten cuidado!, ¡Ten cuidado iglesia¡
¡En un abrir y cerrar de ojos seremos transformados en cuerpos de gloria! ¡En ese instante no habrá tiempo para arrepentirse!
Amados hermanos "el Señor llora por las Iglesias, él llora por sus iglesias", en ese momento el Señor comenzaba a señalar a nuestro país Perú, y me dijo:
-"Hija, quieres ver lo que va a pasar aquí", le decía:
-Sí Señor, yo quiero ver... Amados hermanos comenzaba a señalar con su dedo hermanos y comenzaba a decir:
-¡Uno dos y tres!. Hermanos pude ver, aún el ministerio de alabanza hermanos, los que alababan hermanos, los que tocaban su guitarra, su batería, ellos se habían quedado.

Hermanos como entre ellos hermanos se comenzaban a golpear, como otro venía y comenzaba a golpearse en la columna su cabeza, como otros hermanos, querían matarse entre ellos, desesperados, gritando, llorando:
-¡Me quedé, Señor!, ¡Me quedé!
Como desesperados corrían para acá y para allá, hermanos pude ver personas de la calle como entraban corriendo a la iglesia, ¡Cómo entraban corriendo a la iglesia! pero ya era demasiado tarde, PORQUE YA EL SEÑOR SE HABÍA LLEVADO A SUS HIJOS.
Hermanos cuando tú te quedes, aún entre hermanos van a querer matarse, pero aún la muerte va a huir hermanos, ¡¡¡Por eso iglesia¡¡¡ ¡¡¡PREPÁRATE AHORA!!!
 Iglesia piensa un momento ¿Ya estas lista para irte? o te vas a quedar aquí para sufrir. Amados hermanos el Señor nos ama y nos da la oportunidad para arrepentirnos, en ese momento hermanos el Señor seguía llorando, hermanos el
Señor me decía:
-"Hija, cuando vayas allá a la tierra, dile a mis hijos que se preparen ya, ¡DILES A MIS HIJOS, ¡QUE SE PREPAREN YA! ¡PORQUE YA NO HAY TIEMPO! ¡porque ya no hay tiempo, ya no hay tiempo!"
Hermanos cómo EL SEÑOR ME DECÍA LLORANDO, y yo le decía:
-¡Señor, yo no voy a poder Señor!, el me decía:
-¡SI VAS A PODER! ¡¡¡YO ESTOY CONTIGO!!! Me consoló hermanos...
Hermanos en ese momento salimos, pude ver que habían siete ángeles, con vestiduras resplandecientes, aquellos ángeles estaban formados, listos,  tenían trompetas en sus manos YA LISTOS PARA TOCARLAS. Al mirarlos comenzaba a llorar y le decía:
-¡Señor ¿Aún falta?! Hermanos el Señor me dijo:
-"Hija, ellos solo esperan "la orden" ¡¡¡Y YA MI IGLESIA VIENE CONMIGO!!!"
Aquellos ángeles hermanos solo esperan la orden, amados hermanos y comenzábamos a seguir caminando, cuando el Señor me dijo:
-"Hija, ahora llegó la hora"; y hermanos en ese momento caminábamos hermanos, y comenzamos a descender más y más y yo le decía al Señor, Ya no quiero irme de aquí, no quiero irme de aquí, y él me decía:
-"Hija hay más cosas que tienes que ver;...Y comenzaba hermanos a sentir un calor, un calor fuerte, yo no sabía hermanos a donde estábamos yendo, comenzamos a descender más y más, y le decía:
-Señor, yo ya no quiero irme. En ese momento llegamos a ese lugar ¡Cómo quemaba! Pude ver hermanos aquellas letras hermanos, como letras de fuego donde decía:

En ese momento yo le decía al Señor:
-¡Yo no quiero, entrar allí! ¡Yo no quiero entrar allí!, pude ver que en sus puertas hermanos estaban culebras, enrolladas en sus puertas, en sus rejas hermanos...
... y comenzábamos a entrar más y más pude ver que detrás mío había ángeles, el Señor estaba allí conmigo, y comenzábamos hermanos a entrar pude ver a mi derecha a un demonio, pude ver sus pies eran patas de cabra, como tenía sus rabos, hermanos pude ver que aquel demonio estaba parado como guardián, pude ver hermanos como ese demonio tenía sus uñas largas, sus manos horribles, y me comencé a asustar hermanos al ver aquel demonio...
Comenzamos a caminar, con el Señor y él  me dijo:
-"Hija, ahora todo lo que veas aquí...  ¡¡¡ES SUFRIMIENTO, DOLOR!!!
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Caminábamos y yo miraba el piso como ardía, quemaba, hermanos como quemaba hermanos y pude ver a un hombre allí sentado en una columna, hermanos a su derecha estaba un demonio y a su izquierda cajas de cerveza amontonadas, hermanos yo no sabía que pasaba, pude ver que aquel hombre estaba allí tomando, aquella cerveza, yo me quede mirando a lo lejos, y vi que aquel hombre se derretía por dentro hermanos, porque estaba tomando un ácido que destruía todo su ser por dentro.
Aquel hombre cuando terminaba de tomar, decía:
-"¡Ya no más por favor!, ¡Ya no más!". En ese momento aquel demonio que estaba a su costado, le decía:
-¡Tienes que tomar!, ¡Toma!, ¡Toma!.
Hermanos él tenía su látigo ya listo ahí, ¡Aquel hombre no tenía que dejar de tomar! Todos los borrachos están en el infierno, y son atormentados por satanás.
En ese momento, le dije al Señor: ¡Sácame de aquí!, el Señor me dijo:
-"Hija tienes que ver muchas cosas más"
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 Comenzábamos a caminar, pude ver a una joven frente a un espejo, aquella joven se comenzaba a arreglar hermanos, se comenzaba a maquillar,
se ponía hermanos sus aretes, de repente aquella joven volteó a mirarme, pude ver hermanos su rostro desfigurado, como aquellos demonios la atormentan  a aquella joven y le preguntaba y le decía al Señor:
-¿Por qué esta joven está aquí? ¿Porque está así? El Señor me respondió y me dijo:
-"Hija, esta joven está aquí por vanidad, POR VANIDAD ESTÁ AQUÍ",
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Hermanos pude ver aquella joven como es atormentada por demonios ¡Allá en el infierno no hay tranquilidad! ¡No hay ni un segundo de descanso! Pude ver el rostro desfigurado de aquella joven, gusanos colgaban de sus orejas,  ¡Tenemos que estar como el Señor nos ha creado! ¡Para el Señor, así somos hermosas!
Amados hermanos seguíamos caminando con el Señor, pude ver hermanos que allí había un hombre, aquel hombre tenía su bastón, tenía su sotana puesta; veía como los demonios que estaban a su costado, lo tenía agarrado y yo le decía al Señor, ¿Quién es? el Señor me decía, "Mira", y pude ver aquellos demonios, como lo lanzaban a un lago de fuego, como lo sumergían y como salía destrozado, lo sumergían y lo sacaban,...
Y así hermanos, aquel hombre tenía una cruz en la frente, y yo le decía al Señor  ¿Quién es ese hombre? ¿Ya no hay oportunidad para él? "Hija aquel hombre que tú ves es Juan Pablo II, aquel hombre mentía a las personas el sabia la verdad pero no lo decía, mentía a las personas"
Pude ver a una monja que estaba allí y le dije al Señor:
-¿Ella que hace aquí?; y el Señor me dijo:
-"Acércate pregúntale"; al hacerlo aquella monja me dijo:
-"Yo estoy aquí "por idólatra", porque yo me postraba ante imágenes"
¡Todos los idolatras están en el infierno!
Pude ver como de aquella monja de su boca salían gusanos, como salían aun de sus oídos, hermanos como destrozaban su cuerpo hermanos. Aquella monja, decía: ¡Ya por favor misericordia!
¡Hay un montón de monjas en el infierno!, ¡cómo son atormentadas!

Aún todas ellas saben la verdad, pero como engañan a las personas.
Seguíamos caminando, el Señor me dijo: "Hija, ven porque hay mucho que tienes que ver" llegamos a un cuarto, como celdas, allí había un letrero que decía "Los mentirosos", había un montón de personas, grandes y chicos... vi como aquellas personas corrían, escondiéndose de ellos, (demonios) a otros les cortaban la lengua, porque allí solo tienen que decir mentiras, si dicen la verdad son castigados, les cortaban la lengua, como ardía como una olla ese lugar, como un fuego salía de ese lugar, yo pude observar hermanos desde afuera, y el Señor me decía: "Aún los mentirosos están en el infierno quemándose", como demonios están allí atormentándolos… Seguíamos caminando, pude ver otro cuarto con otras celdas, allí había un letrero que decía, “Los fornicarios y los adúlteros”, vi que  adentro había una camilla, sobre ella estaba una mujer echada, tenía las manos amarradas, los pies amarrados, como tenía las piernas abiertas, pude ver como un demonio se le acercaba, a aquella joven y como le hacía tener relaciones sexuales a  la fuerza,  aquella mujer lloraba desesperada, decía:
-¡ya no más!, ¡ya no quiero!, ¡ya no quiero! ¡ya no más!

Hermanos ¡Los fornicarios y los adúlteros están en el infierno!
¡Iglesia si tu aún no has arreglado tu vida, con el Señor ya es tiempo que lo hagas, ya es tiempo que lo hagas porque no vaya a ser el Señor te sorprenda con tu pecado!
Amados hermanos pude ver como aquella mujer sufría con tanto dolor, pude ver que aquel demonio que tenía relaciones sexuales con ella tenía púas en sus partes íntimas, y con eso como la maltrataba a esa mujer, la destrozaba, hermanos allí todo es tormentoso…
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Amados hermanos  el Señor me dijo:
-“Hija, hay mucho que tienes que ver”, me tomó de mi mano y comenzábamos a caminar, y yo pude ver que delante de mí había un joven hermoso, con vestidura blanca, y me decía:
-¡Ven, ven!, hermanos yo le hice caso y comencé a ir detrás de él..., me llevó a un cuarto oscuro y me decía acuéstate aquí, pude  ver que había demonios que venían, y me amarraban de mis manos, y mis pies en ese momento pude ver que aquel joven que me había llamado era el mismo demonio, pude ver como tenía patas de caballo y su rabo, en ese momento hermanos comenzaba a llorar, aquel demonio me decía:
-¡Aquí te queríamos ver! ¡Aquí! ¡Por ti hemos luchado tanto, ahora estas sola, ahora te vas a quedar aquí sola!
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Hermanos como corrían otros demonios y me decían:
-¡Ahora te vas a quedar aquí! ¡Ahora estas sola!
En ese momento hermanos, me percaté que ya no estaban los ángeles conmigo.
...pude ver como venía otro demonio con un clavo y un martillo, a mi costado había un horno donde salía fuegoy me comenzaba a poner el clavo sobre mi oído y me comenzaba a hacer hueco hermanos y yo no resistía porque ese clavo traspasaba todo mi oído, amados hermanos venía otro demonio y como comenzaba a traer cadenas largas, y me comenzaba a poner en mis oídos cadenas largas, como otro demonio me ponía collares, hermanos venía otro demonio hermanos y me traía un anillo y lo comenzaba a calentar hermanos, y así caliente me lo ponía en mis senos. Hermanos en ese momento lloraba, porque yo ya no aguantaba hermanos, aún el Señor me había dejado hermanos, para experimentar porque yo en la tierra usaba aretes, yo en la tierra usaba pantalones hermanos, fue en ese momento que yo pude sentir ese dolor feo ¡Ya no soportaba!
En ese momento yo no podía salir de allí,  una voz comenzó a decir:
-¡JESÚS, JESÚS!
Hermanos vinieron ángeles, ellos decían:
-¡Déjenla!, ¡No la toquen! ¡Déjenla!, en ese momento me soltaron hermanos, y aquellos demonios  como obedecían las voces de los ángeles, ¡Porque ningún demonio se resiste a la presencia de Dios!, ¡Ningún demonio se resiste a la presencia de Dios!
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 En ese momento pude ver que ángeles estaban conmigo, el Señor estaba conmigo hermanos, yo le decía Señor:
-¿Por qué me has dejado? ¡Mira lo que me han hecho!
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Hermanos le comenzaba a reclamar el Señor no me decía nada, no me miraba, en ese momento hermanos tomo de mi mano, y me hizo caminar hacía otro lugar
donde pude ver a una mujer, que estaba allí con su micrófono; pude ver como aquella mujer tenía zapatos de púas y cómo demonios que estaban a su costado, tenían sus látigos, y esos látigos tenían púas, amados hermanos aquella mujer como cantaba con un micrófono con culebras enrolladas, amados hermanos y yo le preguntaba al Señor:
-¿Y ella quién es?. El Señor me respondía y me decía:
-Ella es "la muñequita Sally"
(cantante folclorista del Perú, fallecida en un accidente automovilístico).
Amados hermanos, pude ver que aquella mujer está en el infierno, pude ver como aquella mujer me miraba y me decía:
-¡Dame agua!, ¡Dame agua!
Me decía, vi como esa mujer tenía que saltar, tenía que bailar, que cantar, aquella mujer me miraba y me decía:
-¡Dame agua por favor!,- en ese momento que paró de cantar hermanos, pude ver que aquellos demonios con sus látigos como la azotaban con esas púas que traspasaban su piel y con todo eso jalaban hermanos, aquella mujer es atormentada por demonios, como el demonio se roba las almas para hacerlas sufrir, Dios nos ofrece VIDA ETERNA IGLESIA, no permitas que el diablo te robe. Pude ver aquella mujer atormentada. El Señor me dijo:
-"Hija, vamos porque hay mucho que ver",- y seguíamos caminando con el Señor…seguíamos caminando, pude ver a un hombre hermanos, eso fue hermanos lo que más me entristeció, aquel hombre pedía misericordia, él era consumido por el fuego pero no moría hermanos..., allá en el infierno sufren, pero no mueren hermanos, y yo le dije:
-Señor y este hombre ¿Quién es?-.  El Señor me dijo:
-"Acércate y pregúntale"- Hermanos yo me acerque y le pregunte al hombre:
-¿Por qué estás aquí?-, y él comenzaba a llorar, y me decía:
-"Yo he sido pastor en la tierra, pero solo me gustaba predicar de prosperidad, de unión, de amor.
 Él cómo le decía:
-¡Señor ten misericordia de mí, dame una oportunidad y yo voy a decir la verdad, yo voy a predicar de tu palabra!, en ese momento hermanos el Señor le dijo:
-¿Quién eres tú, no te conozco? "No te conozco"- Le decía hermanos.
 Aquel siervo era atormentado de día y de noche por todas las cosas que ha hecho hermanos en la tierra, pude ver que a su costado había una pantalla,  donde salían letras de todo lo que él había hecho y esos demonios lo atormentaban.
Amados hermanos ¡Hay que predicar la VERDAD! Amados siervos del Señor PREDIQUEN LA VERDAD, porque el Señor va a pedir cuentas aún a los siervos, ¡Va a pedir cuentas, amados hermanos!
Comenzábamos a caminar pude ver a otro hombre agachado, aquel hombre era atormentado por gusanos, como aquellos gusanos comenzaban a destrozar su cuerpo hermanos, salían por su barriga por su boca, y yo le decía Señor y este hombre quien es, y él me decía:
-"Hija pregúntale tú"-, hermanos yo me acerque a preguntarle aquel hombre me dijo:
-"Yo en la tierra no diezmaba, no ofrendaba"-, y el por ratero está en el infierno atormentado por los demonios
¡Hermano cumple la palabra del Señor! No le robes al Señor, ¡Se fiel en tus ofrendas en tus diezmos!  ¡Lo que es de Dios es de Dios no le robes!
Seguíamos caminando, y yo le decía al Señor:
-Señor ¡Sácame de aquí! ¡Sácame por favor de aquí! ¡No quiero seguir viendo esto!  Me dijo:
-"Hija mira allá"-, me comenzaba a señalar como "una cima" donde pude ver hermanos cuantas almas estaban allí..., aquellas almas caían al lago de fuego, caían a cada momento, a cada segundo hermanos...
 El Señor me dijo:
-"Hija oye"-, en ese momento comenzaba a oír hermanos, voces de desesperación decían:
-¡Misericordia! ¡Ay, Ay! ¡Me quemo! ¡Un segundo!-.
Hermanos aquellas voces de sufrimiento de dolor hermanos yo le decía al Señor:
-¡Señor sácame de aquí!-. El Señor me dijo:
-"Hija todo lo que has visto aquí tienes que decirlo en la tierra, y no te calles".
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Amados hermanos yo le decía:
-Si Señor, pero ¡Sácame de aquí!-, en la salida el Señor me decía:
-"Ya vamos"-, y comenzábamos a salir. El Señor me dijo:
-¡Ya llegó la hora, hija, ya llegó la hora!- Y pude ver que ángeles estaban detrás de mí, un batallón de ángeles, y comenzábamos a descender...
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 Y el Señor me dijo:
-"Hija ya llego la hora de que tienes que regresar a tu cuerpo"-. Amados hermanos  y yo le decía Señor:
-"Yo ya no me quiero ir, yo quiero estar  contigo" ¡Ya no me quiero ir!- Le decía, el Señor:
-"Hija tienes que regresar tienes que contar todo lo que has visto, lo que te he mostrado"-, y yo le pedía hermanos, le rogaba llorando:
-¡Señor ya no quiero regresar! ¡Señor porque ya no quiero fallarte! ¡No quiero, pecar!,  y él me dijo:
-"No hija tienes que regresar"
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Amados hermanos y  el Señor me colgó un bolso hermanos y en su interior yo pude ver que había sobres blancos, el Señor me puso en el cuello cinco llaves,
 y yo le decía: ¡Señor yo quiero estar contigo no quiero estar allá! Amados hermanos el Señor me dijo con toda autoridad:
-¡HIJA, TIENES QUE REGRESAR!
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Hermanos yo lloraba hermanos y no quería regresar, el Señor sacó, de detrás de él "un micrófono", y me dijo:
-"Hija este es tu regalo"-, y pude ver hermanos que aquel micrófono era de oro, ¡Era de oro hermanos!, y yo le dije:
-Señor haré tu voluntad.
El Señor me dijo:
-"Ya hija tienes que regresar, ya llegó la hora"-, y comenzábamos a descender, y pude ver mi cuerpo allí tirado, y yo le decía:
-¡Señor por favor llévame contigo!-, el Señor me dijo:
-¡¡¡Entra Ya!!!-, con autoridad hermanos me dijo:
-¡ENTRA!
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Hermanos ahí fue cuando yo entré a mi cuerpo,  comenzaba  a mover mis manos, comenzaba a mover mis pies...era la hora exacta que el Señor me había dicho, a las doce en punto yo regrese a mi cuerpo hermanos, abrí mis ojos a esa hora, todo lo que el Señor hace lo hace perfecto.
Amados hermanos en esta hora iglesia, tu que has leído este testimonio, no he traído un  cuento o una fábula, yo te  estoy diciendo la verdad, hermanos créanlo porque existe un cielo y un infierno.
Tú decides a dónde vas, a donde quieres irte, ¡A gozarte con el Señor! o ¡¡¡A sufrir!!! Amado hermano, ¡Arrepiéntete ahora! Mañana puede ser demasiado tarde, amados hermanos, mañana puede ser demasiado tarde.
Ahora yo te invito Iglesia y a los que no conocen al Señor,  ¡El Señor está aquí! ¡Entrega tu VIDA A ÉL!
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Chavely Matías Estrada dando su testimonio.
(Testimonio reciente de la sierva de Dios Chavely Matias Estrada miembro de la Iglesia "Divino Cordero" de las Asambleas de Dios del Perú)
¡DEJA LA TIBIEZA, EL DOBLE ANIMO, EL PECADO, PORQUE AUNQUE DIGAS UN POQUITO NO HACE DAÑO,  PRODUCE UNA MANCHA EN LAS VESTIDURAS QUE CRISTO LAVO CON SU SANGRE!

 PARA IR EN EL RAPTO
¡¡¡TUS VESTIDURAS TIENEN QUE ESTAR BLANCAS Y RESPLANDECIENTES!!!

 ¡VEN A JESÚS! CONFIÉSALE TODOS TUS PECADOS, RINDE TODO TU SER A ÉL, NIÉGATE A TI MISMO, TOMA TU CRUZ CADA DÍA Y  Y SÍGUELO!
¡SOLO ASÍ ÉL TE RECONOCERÁ,
EN ESE DÍA GLORIOSO QUE SE APROXIMA Y  AUNQUE EL ENEMIGO RUGA, SU PRESENCIA IRA CONTIGO, 
¡EL TE GUARDARÁ!
SOLO SÍGUELO, CON TU CRUZ CADA DÍA.

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